viernes, 10 de febrero de 2012

¿No son de los nuestros?


Desde hace unas semanas están apareciendo casi diariamente en la prensa informaciones sobre hechos violentos relacionados con menores inmigrantes acogidos en distintos centros de Oviedo. Ante estas noticias, desde la Ruta contra’l racismu y la represión queremos plantear una serie de reflexiones: 
 
¿Quiénes son esos menores, de dónde vienen y por qué están aquí?

Parecen preguntas muy fáciles de responder: son de África, no nos sabemos sus nombres porque son muchos y están aquí porque no quieren vivir en su país. Todo es más fácil para ellos, el gobierno les da un sitio donde dormir y no tienen que trabajar.

¿De verdad nos creemos estas respuestas? Quizás su situación no sea tan fácil como parece. Para empezar podríamos preguntarnos cómo llegan hasta nuestras ciudades, cómo realizan el viaje desde su lugar de origen: casi siempre en los bajos de un camión o en una patera arriesgando sus vidas. Muchos de ellos inician el viaje con once, doce o trece años. ¿Nos imaginamos a nuestros hijos, nietos o hermanos teniendo que hacer ese viaje, solos, sin saber lo que les espera cuando lleguen, sin poder comunicarse con sus familias durantes semanas o meses?

Pero, ¿por qué se van? Acaso es por la aventura, porque se aburren en casa… ¿No será porque no tienen otra salida? Sus condiciones de vida son muy precarias. No tienen acceso a la educación, la sanidad o el trabajo. En muchos casos, ese viaje en el que arriesgan sus vidas es la única opción.

Si aparecen en el periódico, por algo será… ¿Seguro?

Los medios de comunicación nos muestran, casi siempre, a estos menores vinculados con titulares que hablan de violencia, robos, etc. Pero muy pocas veces hacen el esfuerzo de explicarnos la noticia completa, de darles voz para que puedan defenderse de acusaciones que en muchas ocasiones resultan ser falsas o nada imparciales.

Los medios de comunicación lanzan acusaciones, hablan de bandas y criminalizan sin pruebas a los menores. Crean una imagen muy negativa de ellos de forma completamente irresponsable. Esta imagen acaba por ser la única que, una y otra vez, se traslada a la sociedad ya que estos menores (o los colectivos que trabajan con ellos) difícilmente pueden acceder con su discurso a tantas personas como lo hacen los medios.

¿Y que hace la Consejería de Bienestar Social?

La Consejería tiene la tutela de los menores, es decir, es la responsable de su situación aquí. ¿Cómo lo hace? En principio a través de centros públicos que se encargan de proporcionarles alojamiento, educación y cuidados. 
 
Eso sería lo ideal, pero en realidad la Consejería ha ido privatizando los centros y dejándolos en manos de empresas que se encargan de gestionarlos y de cobrar por cada uno de los menores que reciben.
¿Qué supone la privatización? Seguro que nos suena: educadores y cuidadores con salarios precarios y sobrecargados de trabajo, centros en malas condiciones, falta de seguimiento en los programas educativos, menores en situación de desamparo… ¿Admitiríamos eso para nuestros menores? ¿Y por qué para estos sí? ¿No son de los nuestros por venir de otro país? 
 
Defendemos que las personas deben tener derecho a quedarse en sus lugares de origen, pero siempre y cuando sus condiciones de vida lo permitan. Si no es así y se ven obligadas a buscar otra salida, como en el caso de los menores, no podemos desentendernos y mirar hacia otro lado.

La inmigración ya no es un fenómeno extraño para nadie. La mayoría de nuestras familias están formadas por gente que viene de otras regiones del Estado español, de otros países del mundo, de otros colores y acentos. Hace tiempo que pasaron a ser de los nuestros.

lunes, 6 de febrero de 2012

Vecinos y ONG quieren integrar a los menores en acogimiento

06/02/2012 00:00 /
Los vecinos de Oviedo y las ONG de la ciudad se han puesto manos a la obra, ante el pasotismo del Principado, para atajar el problema de delincuencia que existe con los menores que viven en régimen de acogida. Primero fue San Lázaro y luego La Tenderina, donde el barrio entero salió a la calle para pedir medidas contra la delincuencia ligada al sistema de casas de acogida. Ahora, el problema ha llegado a Santa Marina de Piedramuelle y el Principado sigue sin querer hacer nada. De hecho, pese a que este periódico lo ha intentado, Bienestar Social ni siquiera quiere hablar del tema y las empresas contratadas por el Principado para gestionar las casas de acogida, como Centro Trama, tampoco.

Llegados a este punto, la Federación de Asociaciones de Vecinos de Oviedo (FAVO) y las ONG integradas en la Ruta contra el racismo se han reunido para tomar las riendas de la situación cansados de que la consejería de Bienestar Social no haga su trabajo. Lo primero que han hecho la FAVO y la Ruta ha sido entrevistarse con la Asociación de Vecinos de La Tenderina, donde se han registrado los mayores problemas. El siguiente paso será reunirse con los habitantes de Santa Marina de Piedramuelle. En estos encuentros, las partes intercambian información y pactan medidas a poner en marcha, la mayoría encaminadas a facilitar la integración de estos jóvenes, como la organización de partidos de fútbol o de cualquier otro tipo de actividades que favorezca el intercambio de experiencias.

Nadie se responsabiliza El presidente de FAVO, José Ramón Sariego, destacó ayer que “aunque nosotros hagamos cosas, no nos podemos olvidar de que hay una serie de empresas que trabajan para el Principado y cobran por esto, por lo que tienen que asumir su responsabilidad”.

En parecidos términos se explicó Ana Taboada, de la Ruta contra el racismo, para quien el problema es precisamente que Bienestar Social y las compañías que gestionan estas casas “no quieren saber nada, las empresas quieren mantener el negocio, cobrando pero sin dar una educación e integrar a esos jóvenes, y el Principado sólo se preocupa de ponerles las cosas difíciles a los menores para que se piensen dos veces el venir aquí”. Y pone un ejemplo de como actúa la Administración: “Primero no les dan papeles y luego no les escolarizan porque dicen que están indocumentados”.

La pregunta aquí es ¿qué piensa el Principado que va a hacer un menor criado en las calles de Tánger si nadie mira para él? Vecinos y ONG tienen muy clara la respuesta: “Delinquir”.
A esto hay que añadir que los fondos que el Principado destinaba a este plan han caído en picado y, donde antes apenas había para que los chavales acudieran por lo menos a clases de español, ahora ni siquiera da para eso.

Hasta ahora, la única respuesta dada por el Principado ha sido cambiar a los menores conflictivos de barrio cuando los delitos acababan con la paciencia de los vecinos. La FAVO y las ONG creen que esto es trasladar el problema de sitio, no solucionarlo, por eso no descartan medidas de presión contra la Administración, ya sea presentando firmas, alegaciones o saliendo a la calle como ya ocurrió en La Tenderina.

(Visto en La Voz de Asturias